En WordPress existen, por defecto, dos tipos de contenido: páginas y entradas. Las páginas se utilizan, normalmente, para almacenar contenido que podríamos denominar estático, aunque no me guste mucho dicha definición. En definitiva, hablamos, por ejemplo, de la página de inicio, la de contacto, servicios, etc. Es decir, son páginas que creamos una vez y, por lo general, se van a mantener invariables a lo largo del tiempo.
Por otro lado contamos con las entradas que están formadas por aquellos contenidos que el usuario, por lo general el propietario de la web, va añadiendo periódicamente, se trata de los post o artículos de blog por ejemplo.
Las páginas permanecen estáticas y colocadas en lugares más o menos estratégicos de la web, mientras que las entradas, forman parte de una colección de contenidos que aumenta con el tiempo. Al menos eso es lo deseable.
Cuando necesitamos algún tipo de contenido extra, que se comporte de manera diferente a como lo hacen las entradas o las páginas, echamos mano de los custom post type, o CPT. Ejemplos de ello tenemos en los productos de una tienda online, mientras que las páginas y entradas de una web tienen un título y un contenido, los productos, tienen, además, precio, formas de entrega, colores… como ves se trata de contenidos que deberán ser tratados de forma específica y, por tanto, se hace necesario «crear» a propósito un tipo de contenido ad hoc.